Cuando eliges un seguro médico sea el que sea, has de tener en cuenta factores importantes, como por ejemplo que por el hecho de estar embarazada te quieran cobrar una sobreprima y sobre todo no sucumbir a ofertas gancho. Es importante siempre contratar este seguro 6 o 7 meses antes, dependiendo de la aseguradora para que haya transcurrido el periodo de carencia y tengas todos los servicios que te corresponden disponibles.
«Evitar largas listas de espera, disponer de una habitación individual en el hospital, llevar un seguimiento exhaustivo del embarazo y escoger al médico que lo realice, son algunos de los principales motivos para su contratación. Sin embargo, son muchas las familias que no tienen en cuenta las particularidades de este tipo de pólizas y pueden encontrarse con no obtener la cobertura deseada», (…)
Expertos de la compañía han señalado que los principales errores que se cometen en la contratación de un seguro de salud de maternidad son los siguientes:
1. Dejarse llevar por «ofertas» suculentas: normalmente, este tipo de pólizas no ofrecen amplias coberturas.
3. Escoger un seguro con copago: aunque la prima mensual que se paga es más baja, en el caso de un embarazo llevará asociados costes extra (fuera del servicio de cobertura básico que ofrecen) que pueden ascender a cifras realmente importantes.
4. No tener en cuenta los periodos de carencia: éste es uno de los principales puntos a revisar. Si no se tiene en cuenta, pueden encontrarse sin coberturas pese a tener contratado un servicio de salud. Según la compañía, la carencia para los partos suele ser de entre 7 y 10 meses. No obstante, hay excepciones que pueden anular el periodo de carencia como un parto prematuro, una situación de emergencia e, incluso, algunas compañías lo eliminan en el caso de mujeres que no hubieran contratado un seguro de salud con antelación.
Además de estas consideraciones, desde Wiquot recomiendan que algunos factores que deben tenerse en cuenta a la hora de escoger un seguro de salud por maternidad son los siguientes:
1. Posibilidad de escoger entre un amplio cuadro médico: para poder elegir adecuadamente el especialista que realmente quieren que realice el seguimiento del embarazo y del bebé.
2. Tratamientos extra: contar con ecografías en alta resolución, pruebas analíticas, amniocentesis, clases de preparación al parto o de control del estrés, son algunos servicios que harán más cómoda esta etapa.
3. Anestesia: la póliza debe incluir cualquier tipo de sedación durante el parto.
4. Hospitalización: es fundamental saber los gastos derivados de hospitalización y atención sanitaria de la madre y el bebé tras el parto están incluidos en la póliza.
5. Coberturas extra: que el seguro incluya los gastos de estancia del acompañante en el hospital, un examen de salud del bebé o contemplar un programa de vacunación, son algunas coberturas interesantes a tener en cuenta.
6. Servicios Premium: hay compañías que ofrecen los servicios de salud más punteros como pueden ser el diagnóstico precoz del sexo del bebé, pruebas diagnósticas no invasivas (alternativas a la amniocentesis), seguro privado de salud para el bebé (son pocas las aseguradoras que lo ofrecen) e, incluso, cuidados postparto a domicilio (asistencia de una matrona los primeros días, asistencia en el hogar, etc.)
Fuente: www.finanzas.com