Los millennials son la generación que más estrés sufre de acuerdo con un estudio de la Asociación Americana de Psicología (APA). Su nivel de estrés supera al de sus progenitores y se cifra en 5,4 puntos en una escala de 10, en la cual, cualquier valor por encima de 3,6 resulta perjudicial para la salud. Un estado crónico de estrés puede repercutir en la salud y generar alteraciones digestivas y nerviosas, además de provocar irritabilidad y sensación de agotamiento y debilidad.

Según la investigación de la APA, los asuntos que más estrés causan a esta generación son el trabajo (76%), el dinero (63%) y las relaciones personales (59%). Los millennials, al contrario que otras generaciones anteriores, se sienten en la necesidad de estar siempre activos y consumir experiencias culturales y de ocio, al tiempo que buscan la aprobación de su comunidad. “El haber crecido o nacido en la era digital, donde todo está interconectado, hace de esta generación la más sociabilizada de la historia. Las redes sociales y un uso continuo de internet les hace más sensibles a la aprobación social que generaciones anteriores”, apunta Andrés Córdoba, psicólogo de Blua de Sanitas.

Ante esta situación, se ha gestado una tendencia que trata de buscar refugio en el hogar. Se conoce con el término ‘nesting’ -del inglés nest, nido- y es un concepto que hace referencia al ‘cocooning’ que en los años 80 acuñó la futurista Faith Popcorn para “convertir tu casa en un nido seguro cuando el exterior se vuelve algo aterrador”. Es decir, pasar el fin de semana en casa, reservar momentos para uno mismo y dedicarlos a la cotidianidad del hogar.

Según Córdoba, “el ritmo al que los millennials consumen ocio y experiencias, sumado a las demandas laborales y sociales (estas últimas constantes), suponen en muchos casos una sobrecarga cognitiva y emocional. Es por ello que cada vez más personas optan por actividades de menor activación y/o relajantes para desconectar los fines de semana, en contraposición al ritmo frenético semanal”. El nesting supone, por lo tanto, una respuesta para aquellos individuos que se sienten abrumados por la alta actividad del día a día.

Cómo practicar nesting

Disfrutar de un libro, tejer, ver series, cocinar o hacer manualidades son algunas de las actividades que pueden ayudar a desconectar. Aunque la jardinería ha demostrado ser la mejor terapia para reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, por delante de la lectura, según un estudio publicado en el Journal of Health Psychology.

Por supuesto, además de este tipo de actividades, también cabe la posibilidad de darse el capricho de no hacer nada, una calma que puede ser de lo más placentera para muchos o extremadamente estresante para otros. No hacer nada requiere de cierta actitud y autoconocimiento. “En esta sociedad tan acelerada y de consumo continuo, algunas personas tienen auténtico pánico al aburrimiento, sin darse cuenta de que el aburrimiento ocasional también tiene su función. En vez de estresarnos por pensar que no estamos haciendo nada productivo, o culpándonos por ello, podemos aprovechar esos momentos para conocernos mejor, reflexionar, tomar decisiones, o simplemente, soñar despiertos”, argumenta el psicólogo de Blua Sanitas.

Los expertos no han encontrado consenso sobre cuál es la mejor fórmula para reducir la ansiedad durante el fin de semana, ¿actividad suave o inactividad total? Lo que sí cuenta con cierta unanimidad es que cada individuo debe optar por lo que realmente le funcione.

Fuente:www.adndelseguro.com