El ser humano-afortunadamente en mi opinión- está hecho de contradicciones. Si la homeopatía o no funciona es cuestión de cada uno al igual que muchos fármacos que solo con el efecto placebo ya son efectivos. Igual solo es una cuestión de fe o de constancia o de las dos, he de reconocer que algunos tratamientos si funcionan al menos en mi persona pero no por eso es la panacea, yo sigo tomando ibuprofeno y antibiótico cuando tengo una infección.
«La homeopatía me desconcierta, lo admito. Aún no he logrado determinar a quienes asiste la razón si a los que propagan con absoluta convicción sus propiedades salutíferas apoyados en la experiencia de miles, puede que millones de personas, que se declaran avalistas de sus resultados, o a esos otros que, con los fundamentos científicos en la mano, aseguran que estamos ante un inmenso camelo.
Mi militancia en el racionalismo me llevaría en principio a inclinarme claramente por esta última posición. A un escéptico como yo le resulta muy duro comprender esa doctrina, que se inventó Samuel Hahnemann un galeno alemán de finales del siglo XVIII, según la cual “lo similar cura lo similar”. Una teoría que, en términos estrictamente científicos, nadie ha logrado demostrar Hahnemann aseguraba que los activos que provocan la enfermedad disueltos una y mil veces en alcohol y agua destilada actúan sobre la propia patología en cuestión.
Una teoría que, en términos estrictamente científicos, nadie ha logrado demostrar.
Ello no obsta para que esta práctica haya continuado avanzando por todo el mundo y especialmente en su país de origen Alemania donde el 70 por ciento de los seguros médicos privados incluyen en sus prestaciones por petición expresa de los pacientes.
El Reino Unido en cambio retiró estos tratamientos del Servicio Nacional de Salud mientras que aquí en España el Ministerio de Sanidad decidía hace un par de años aplicar la directiva europea de 2001 que regularizaba la situación de los remedios homeopáticos en el mercado del medicamento.
Todo ello da una idea de la contradicción en que habita esta medicina alternativa cuyas asombrosas propiedades curativas que sus adeptos propagan no pasan del simple efecto placebo para sus detractores. El pasado mes de septiembre y coincidiendo con el día del Farmacéutico un centenar de boticarios se movilizaron contra la venta de productos homeopáticos en las farmacias. Quieren que las autoridades sanitarias los prohíban. En términos económicos es tirar piedras sobre su propio tejado porque la dispensación de estos supuestos medicamentos deja un alto margen de beneficio en las farmacias, pero entienden que la homeopatía no es ciencia y por tanto no debe ser avalada por ninguna organización científica, gubernamental, universitaria ni farmacéutica.
A mí me funcionan y no he vuelto a tomar una sola pastilla desde entonces Alguien me recomendó hace años un preparado homeopático para las digestiones pesadas y la acidez de estómago. Me dijo que era eficaz y que no tenía efecto secundario alguno. Sin mucha confieso que lo probé. Son unas gotas que se toman con un poco de agua. Será sugestión el efecto placebo o lo que sea lo cierto es que a mí me funcionan y no he vuelto a tomar una sola pastilla desde entonces. Así que todo mi rollo científico al carajo . El ser humano está hecho de contradicciones.
Fuente:www.20minutos.es