Una enfermedad altamente contagiosa con consecuencias graves
El sarampión es una de las enfermedades infecciosas más contagiosas conocidas y puede tener efectos devastadores en la salud de los niños. Por eso, la vacunación infantil contra el sarampión es crucial. Así lo subraya el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), que insiste en que se necesitan dos dosis para lograr una protección superior al 95% y cortar la transmisión del virus.
¿Cuándo se administran las dosis?
La primera dosis se aplica a los 12 meses y la segunda entre los 3 y 4 años. Sin embargo, la AEP recomienda adelantar la segunda dosis a los 2 años para garantizar una protección más temprana, especialmente ante el aumento de casos en España y otros países cercanos como Marruecos y Rumanía.
Riesgos graves del sarampión
- 1 de cada 3.000 personas infectadas puede morir.
- 1 de cada 1.000 puede desarrollar encefalitis, con posibles secuelas neurológicas.
- 1 de cada 100.000 puede sufrir una panencefalitis esclerosante subaguda, una enfermedad neurológica progresiva y mortal.
- Complicaciones más comunes: otitis, neumonía, queratoconjuntivitis grave y diarrea, especialmente en países con menor índice de desarrollo humano.
¿Y si el niño ya ha pasado el sarampión?
Incluso cuando la enfermedad parece leve, el virus puede mutar y permanecer en el sistema nervioso, provocando años más tarde una enfermedad neurodegenerativa letal. Por eso, la vacuna es la mejor defensa incluso frente a formas aparentemente benignas del virus.
El falso mito del autismo
Los expertos desmienten con firmeza la idea de que la vacuna del sarampión esté relacionada con el autismo. Esta teoría ha sido científicamente refutada en numerosas ocasiones. Las vacunas son seguras y salvan vidas.
Importancia de completar la pauta
La primera dosis ofrece una eficacia del 93%, pero solo con la segunda dosis se alcanza una protección cercana al 100%. Niños con una sola dosis o sin vacunar siguen siendo vulnerables al contagio, lo que explica los recientes brotes en poblaciones con coberturas incompletas.
¿Y los adultos?
Personas nacidas antes de 1981, cuando comenzó a administrarse sistemáticamente la segunda dosis, también pueden ser vulnerables. Por eso, es fundamental reforzar la vacunación infantil y revisar los calendarios vacunales para asegurar la protección comunitaria.
