¿Un seguro médico privado cubre la esclerosis múltiple?

¿Qué es la a esclerosis múltiple? es una de las enfermedades que más afecta a los adultos jóvenes y sobre todo a mujeres. De hecho, después de los accidentes de tráfico, es la causa de discapacidad neurológica más frecuente en este sector de población. El dato más representativo es que de los 47.000 afectados en España, el 70% tiene entre veinte y cuarenta años. A

¿Cubre el seguro el tratamiento de la esclerosis múltiple?

Si estás asegurado, la compañía cubrirá los gastos de cualquier enfermedad o lesión que puedas padecer.

Pero solamente si el problema aparece después de haber contratado la póliza. Si la enfermedad ha sido diagnosticada antes de suscribirla, podemos encontrar problemas para que nos respalden.
La compañía te puede poner muchos impedimentos  para cubrir a una persona con una enfermedad grave o crónica, como la esclerosis múltiple, ya que este tipo de pacientes suelen conllevar muchos gastos médicos. Para saber en qué estado de salud nos encontramos en el momento de contratar un seguro de salud, la aseguradora somete al asegurado a un cuestionario médico (en el que no se debe mentir)

En el caso de la esclerosis múltiple, sabemos que si ha sido diagnosticada una vez que ya estábamos asegurados, la compañía correrá con los gastos. Aun así, quedan fuera de esta cobertura algunos tratamientos experimentales como la mielina oral, que se encuentran en fase de prueba y no cuentan con el visto bueno de las autoridades sanitarias para comercializarse.
En último caso puede que la compañía considere que no le conviene asegurar a este tipo de pacientes. Para los afectados por esclerosis múltiple es interesante conocer la existencia de una cobertura adicional en los seguros de salud que se encarga de cubrir los gastos de farmacia. Esta puede ahorrarnos entre el 50% y el 80% de lo que gastemos en fármacos.

¿Cómo detectar la esclerosis múltiple? Síntomas y consejos
Los síntomas varían mucho de una persona u otra, y normalmente se da una combinación de ellos.

Los síntomas más comunes -todos ellos se dan en más de un 70% de los casos- son los problemas de equilibrio y coordinación, los trastornos visuales, el deterioro del habla, la fatiga, la espasticidad (músculos tensos y rígidos), dolor muscular y la sensación de hormigueo o ardor en las extremidades. En el caso de la fatiga se da en un 98% de los afectados y los problemas de equilibrio y coordinación en un 92%.
Con el avance de la enfermedad pueden surgir problemas como espasmos, incontinencia urinaria o problemas de memoria y concentración
Respecto a los cuidados, evitar el tabaco o el alcohol, ya que pueden ocasionar el aumento de los temblores,  conviene hacer gimnasia y alguna actividad física, intercalando periodos de reposo. Y siempre tratar de buscar las cosas frías antes que las calientes (comida, bebida, duchas) Ayudan a disminuir la sensación de fatiga.