En un país donde si no eres multimillonario y enfermas con algo grave puedes llevar a tu familia a la bancarrota o lo que es peor morirte sin que te puedan tratar, medicar, atender…tal vez mi reflexión es muy banal pero en un país de referencia para el resto del mundo no me creo que no tengan presupuesto para subvencionar el gasto sanitario y si tengan suficiente para el armamento nuclear, repito es mi reflexión personal.
El programa de atención médica del anterior presidente bate récords de inscripción pese al boicot de la actual Administración
A pesar de la reducción del periodo de solicitud de tres meses a la mitad, así como del gasto en publicidad y promoción en casi un 90%, las peticiones para acogerse al popular seguro público subvencionado no han parado este año, e incluso han batido récords en el cupo semanal de otros años.
El éxito echa por tierra la idea de que ‘nadie lo quiere’, utilizada para intentar suprimirlo
Tras sobrevivir un año de duros asaltos por parte del Congreso y la Administración, la cobertura del ‘Obamacare’ permanece viva en gran parte de su esencia aunque recortada en algunas disposiciones, como el mandato de seguro médico obligatorio, que quedó eliminado esta semana vía ley de gasto del Gobierno. Con todo, los consumidores han encontrado este año menos opciones de cobertura médica y otras restricciones que no habían sido anunciadas.
Pero a pesar de que las primas de la mayoría de los seguros médicos han registrado una fuerte subida para 2018, especialmente en algunos tramos de cobertura, muchos suscriptores se han encontrado con que recibían mucha más cobertura por menos coste. Gracias a un complicado efecto secundario de los recortes en los pagos efectuados por la administración Trump, muchos asegurados han descubierto para su sorpresa que podían adquirir, completamente gratis, seguros médicos de nivel medio a buena cobertura, con ingresos de hasta un 150% por encima de la línea de pobreza.
Los resultados revelan que no solo muchos consumidores que ya conocían ‘Obamacare’ han repetido, sino que el programa ha atraído a miles de nuevos suscriptores este año. Del total de inscripciones, unos 6,4 millones repiten la cobertura mientras que 2,4 millones son nuevos.
El alto número de inscripciones este año ha sorprendido a la mayoría, especialmente a la Administración, que no anticipaba resultados a este nivel para un programa que se ha convertido en el anatema de los republicanos en los últimos ocho años. Para los defensores de la salud pública, la participación de este año revela la fuerte demanda de seguros de salud asequibles y refuta la idea de que el ‘Obamacare’ no es un buen producto o de que nadie lo quiere, utilizada como argumento para su supresión.
El número total de suscripciones es aún estimativo y se espera que sea mucho más alto cuando se conozcan los resultados de las zonas afectadas por huracanes, que incluyen varios Estados del sur así como Puerto Rico y las Islas Vírgenes, y otras excepciones, que cuentan con en periodo de suscripción extendido hasta el 30 de enero. Asimismo California, Nueva York, Minesota y Washington, que gestionan sus propios mercados, ofrecen un periodo de inscripción extendido un mes más, con lo que las cifras finales no se conocerán en varios meses y que según algunos analistas podrían incluso superar las cifras de años anteriores.
Los esfuerzos de la Administración por sabotear un programa de salud público conocido popularmente con el nombre del anterior presidente han llegado al punto de eliminar casi por completo el presupuesto de publicidad, especialmente los anuncios de televisión como medio más efectivo de llegar al público. Además este año han sido eliminados los ‘navegadores’, empresas de ayuda a las suscripción que en años anteriores gestionaron hasta un 40% de las inscripciones.
Llenar un vacío
El Seguro de Salud Asequible, conocido por sus siglas ACA y más aún como ‘Obamacare’, ha llenado, con todos sus defectos y complicaciones, un vacío importante en el mercado antes obviado por los grandes del negocio de los seguros médicos. No sólo ha abierto un nuevo nicho de consumidores estadounidenses, sino que ha transformado y expandido la oferta médica así como las opciones de cobertura.
Pero la brillantez que subyace en el ‘Obamacare’, el punto fundamental que nadie está dispuesto a reconocer en público, mucho menos demócratas y republicanos, es que fue concebido como una herramienta de redistribución de la renta de arriba abajo. Por medio de la subvención completa o en forma de copago proporcional al ingreso, Obama entendió que en un país donde una enfermedad puede llevar a la bancarrota de toda una familia, el seguro médico universal y subvencionado era la piedra de toque fundamental para ayudar el progreso económico de la clase media.