Campañas de seguros médicos low cost para jóvenes que no son lo que parecen

Campañas de seguros médicos low cost para jóvenes que no son lo que parecen

Un estudio detecta un significativo aumento durante la pandemia del interés de los menores de 25 años y de quienes ganan menos de 1.000 euros al mes

 El médico Juan Simó, autor del blog Salud, Dinero y Atención Primaria, alerta de la «letra pequeña» de los contratos

«Extenso cuadro médico desde 8 euros al mes», proclama la oferta en tipografía destacada. ¿En serio? ¿Sanidad privada mensual más barata que el menú del día de un bar de barrio?

La pandemia ha incrementado el interés de los jóvenes en la sanidad privada, especialmente de los menores de 25 años que ganan menos de 1.000 euros mensuales. Esto ha hecho que se lancen campañas muy agresivas para conseguir que firmen un contrato. Lo más peligroso de estos contratos es la letra pequeña, que termina subiendo el precio de la póliza mediante copagos. 

El auge del sector privado

Los seguros de salud privados viven un fuerte auge. En 2020 rompieron sus récords tanto de clientes (más de 11 millones) como de facturación (más de 9.000 millones).

Todo este boom, que se apoya en incentivos fiscales, tiene beneficiarios concretos. El ranking de grupos empresariales de 2020, que ha estado marcado por el reforzamiento de la oferta de bancas y aseguradoras, lo lidera SegurCaixa Adeslas, que integra a Caixabank y a Mutua Madrileña. Su volumen de primas el año pasado ascendió a 2.732 millones de euros, con un 29,5% de cuota de mercado.

La pandemia dispara el interés

Estas empresas dominantes tienen motivos no sólo para la satisfacción por cómo van las cosas, sino para el optimismo por cómo vienen. 2021 apunta en la misma dirección que 2020, pero con más fuerza todavía. Entre enero y junio, el volumen estimado de primas por seguros de salud ascendió a 4.919 millones, un 4,8% más que en 2020, según datos de la patronal Unespa. 

Las expectativas de que el seguro privado siga ganando fuerza ahora con la atención primaria saturada y las listas de espera engordadas por la pandemia son elevadas. La herida que la crisis ha provocado en el sistema público constituye una oportunidad de oro para los seguros privados, hecho comprobado en primera línea de la atención sanitaria. Si no se corrige la saturación del sistema, señala un manifiesto impulsado por la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) y apoyado por Medicus Mundi, Médicos del Mundo, Red Española de Atención Primaria, CCOO y UGT, «la atención primaria perderá prestigio y cada vez más personas […] tenderán a acudir a la asistencia privada buscando soluciones ágiles y utilizando los centros de salud como un mero paso para acceder a medicamentos y pruebas complementarias».

Jóvenes a tiro

Las aseguradoras, que actúan en estrecha colaboración con la banca, se adaptan a este mercado favorable burbujeante, en el que la crisis sanitaria ha abierto nuevas vetas. Una palabra clave: jóvenes.

La consultora Bain & Company, en una encuesta durante la pandemia realizada a más de mil personas de entre 18 y 65 años, constató que entre los entrevistados que no tenían seguro un 27% tenía intención de firmar uno. Pero interesa sobre todo la letra pequeña. Sólo el 7% de los asegurados tienen menos de 25 años, pero hasta el 18% de los que tienen intención de contratar son de esta franja de edad. Sólo el 11% de los que tienen seguro ganan 1.000 euros o menos, pero hasta el 23% de los que tienen intención de contratar están en esta banda de ingresos. Bain & Company también ve una clave geográfica. Los clientes de municipios de hasta 100.000 habitantes suman el 39% de los asegurados, pero son el 47% de los que tienen intención de contratar.

Bajada de precios

Los anteriores datos nos dicen que la pandemia ha allanado el camino hacia un mercado joven y con menos ingresos. Ahora bien, entre los jóvenes, con mejor salud y menos ingresos, el incentivo para la contratación puede ser más bajo. ¿Qué hacen las compañías? Actúan ya en consecuencia, aprovechando que la pandemia ha multiplicado el interés. 

En un año, el precio mensual medio de un seguro de salud sin copago para 35 años ha pasado de 83,21 a 71,94 euros, lo que supone una caída de 11,27 euros, un 13,54%.

Hay además ejemplos llamativos de ofertas low cost, dirigidas especialmente a jóvenes. El Seguro EB, de Divina Seguros, cuesta «desde 8 euros». También hay ofertas de seguros Sanify e IC, ambos de DKV, por 9,95 y 18 euros, respectivamente. Adeslas GO está «desde 16,20» euros.

Es fácil encontrar casos así en los catálogos de las compañías y las webs de ofertas. Abundan seguros por menos de 30 y 20 euros y en menor medida por debajo de 10. Cada oferta es un caso, pero la mayoría tienen copagos y presentan catálogos de servicios y cuadros médicos de distinto grosor. El Seguro EB, por ejemplo, prevé copagos y excluye intervenciones quirúrgicas, entre otros servicios.

Hay más prácticas que ilustran un clima de agresividad comercial. Un seguro de Mapfre es publicitado con seis meses gratis para captar clientes. Empresas como DKV extienden la línea low cost a las ofertas para empresas, con seguros de 18 euros por empleado.

Un modelo con riesgos

Los expertos advierten sobre los riesgos de seguros tan baratos, que lógicamente ofrecen un precio «desde» una cantidad muy baja para personas jóvenes y sanas, al estilo de esos seguros de coche a bajo coste para conductores que apenas sacan el vehículo del garaje. Se trata de precios susceptibles de subir en cuanto aparecen enfermedades crónicas o recurrentes, coinciden los consultados.

«¿Seguros por menos de 20 euros? Siempre que lo veo, pienso que no puede ir en serio. Son precios totalmente imposibles. No salen las cuentas por ningún lado. Son ofertas que no cuadran. Hay que leer la letra pequeña», señala Juan Simó, especializado en análisis económico del sistema sanitario, que advierte de los copagos para determinadas pruebas que acaban cobrando las compañías y de la falta de cobertura de las especialidades que requieren un seguimiento más continuado. Le parece inconcebible una mínima viabilidad económica de un seguro de menos de 600 euro al año, sea para la edad que sea, por lo que atribuye precios así «una especie de dumping sanitario», por el que las compañías están dispuestas a «perder dinero» a corto plazo asegurando jóvenes para ganar cuota en un mercado que se prevé creciente mediante la captación de clientes cuyas condiciones irán cambiando.

Manuel Carmona, vocal de Medicina Privada de la Organización Médica Colegial, señala: «Estas ofertas son un enganche para captar gente. Pero las condiciones cambian y, no nos engañemos, la compañía al final siempre gana». Carmona señala que los cuadros médicos cuentan con escasos reumatólogos y endocrinos, especialistas con mayor requerimiento de tiempo en la atención. Inserta estas ofertas en una dinámica de sanidad low cost que «hace polvo a la profesión médica». «Por libre es casi imposible para un médico entrar en el mercado, que está copado por las compañías. El paciente ha pasado de ser paciente del médico a paciente de compañía, que decide todas las condiciones. Así trabajas porque tienes que subsistir, pero trabajas a disgusto», señala Carmona, que advierte de crecientes listas de espera también en la sanidad privada.

Rafael Carrasco, presidente del Sindicato Médico Andaluz, afirma que a priori no tiene «nada en contra de seguros baratos», pero «hay un problema». ¿Cuál? «El abaratamiento de la sanidad se realiza a costa del trabajo de los médicos. Es una barbaridad que se pague 15 euros brutos por paciente, que se quedan luego en 10».

 

Fuente: www.infolibre.es

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