Explora si debes vacunarte contra el sarampión, especialmente si eres nacida antes de 1978 y no recuerdas haber padecido la enfermedad.
Antecedentes de la Vacunación en Adultos
La vacunación contra el sarampión para adultos se realiza con la vacuna triple vírica, que también protege contra la rubéola y las paperas. Se recomienda administrar dos dosis de esta vacuna, separadas por al menos cuatro semanas, a personas nacidas a partir de 1978 que no hayan tenido sarampión ni completado el esquema de vacunación.
Evaluación del Riesgo Personal
Dado que naciste antes del corte de 1978, es posible que hayas estado expuesto al sarampión durante las epidemias previas a la vacunación masiva. Sin embargo, no todas las personas expuestas contrajeron la enfermedad, por lo que no tener un recuerdo claro de haberla padecido es una razón válida para considerar la vacunación.
Beneficios de la Vacunación
La vacuna triple vírica es segura y eficaz, y no presenta riesgos incluso si ya se padeció la enfermedad. En un contexto donde no puedes confirmar tu inmunidad, la vacunación puede servir como un refuerzo importante, especialmente si has estado expuesta recientemente al virus o hay un brote activo.
Consideraciones y Recomendaciones
Si bien puedes optar por una prueba serológica para verificar la presencia de anticuerpos, esta opción suele ser costosa y no siempre es necesaria. La vacunación se recomienda como medida preventiva eficaz y accesible, especialmente en situaciones de posible exposición al virus. En el caso de los adultos mayores de 40 años sin un historial de vacunación completo o certeza de haber padecido la enfermedad, vacunarse puede proporcionar la protección necesaria contra un virus altamente contagioso y potencialmente grave.
Precauciones y Contraindicaciones
Es importante destacar que la vacunación contra el sarampión está contraindicada en ciertas condiciones, como el embarazo y en personas con inmunosupresión severa. Si has tenido reacciones alérgicas a vacunas anteriores, es crucial consultar con un profesional de salud antes de proceder.
Conclusión
Ante la duda y la falta de registros médicos que confirmen la inmunidad, la recomendación general es optar por la vacunación, especialmente si perteneces a un grupo con riesgo de exposición al sarampión. Consulta con tu médico de cabecera para evaluar tu situación particular y recibir la mejor recomendación basada en tu historial médico y las condiciones actuales de salud.
