La importancia del sueño en la preservación de la salud cognitiva ha sido confirmada por recientes estudios, que señalan la cantidad, calidad y regularidad del sueño como factores críticos en la prevención de enfermedades neurodegenerativas, incluida la demencia. Investigaciones publicadas en Nature y realizadas por la Escuela de Medicina de Harvard revelan que dormir seis horas o menos incrementa el riesgo de desarrollar alzhéimer y otros tipos de demencia en un 30%, mientras que dormir menos de cinco horas duplica esta probabilidad.
Además de la duración del sueño, la regularidad en los patrones de sueño también juega un rol significativo en la salud cognitiva. Variaciones constantes en la cantidad de sueño o cambios frecuentes en los horarios de descanso pueden aumentar significativamente el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.
Jeffrey Iliff y un equipo de investigadores se centraron en el impacto de la variabilidad en la cantidad de sueño a lo largo de 20 años, encontrando que no son las personas que disminuyen sus horas de sueño progresivamente las que tienen mayor riesgo, sino aquellas con patrones de sueño más inestables. Matthew Pase, por otro lado, advierte sobre los riesgos asociados a patrones de sueño irregulares y a una estricta rigidez en los horarios de sueño, sugiriendo que ambos extremos pueden ser perjudiciales para la salud cognitiva a largo plazo.
Estos hallazgos subrayan la importancia de mantener una rutina de sueño regular y adecuada, tanto en cantidad como en calidad, para preservar la salud cerebral. La limpieza de neurotoxicidad a través del sistema glinfático durante el sueño profundo es fundamental para prevenir la acumulación de sustancias que contribuyen a la neurodegeneración.
Profesionales de la salud enfatizan la necesidad de priorizar el sueño como un pilar fundamental de la salud, equiparándolo en importancia a la nutrición y la actividad física. A medida que crece la evidencia sobre la relevancia del sueño para una vida saludable, es esencial que la sociedad tome conciencia de su impacto y adopte hábitos de sueño saludables para proteger su bienestar cognitivo en el futuro.
