Descansar es una recomendación común en las consultas médicas; sin embargo, la falta de una definición clara en la ciencia hace que sea un concepto que muchos asumen entender hasta que realmente necesitan ponerlo en práctica. Aquí exploramos las profundidades del verdadero descanso, revelando cómo este va más allá de simplemente dejar de trabajar o dormir.
Inicios de la Investigación sobre el Descanso
Durante su tiempo como enfermera, Esther I. Bernhofer se encontró frecuentemente con la recomendación de «intentar descansar» dada a pacientes en diversas condiciones médicas. Esta observación la llevó a investigar académicamente qué constituía realmente el descanso. Su búsqueda en la literatura científica reveló una gran variedad de interpretaciones y una falta de consenso sobre su definición, lo que resultó en un análisis conceptual publicado en 2016.
Definiciones Convencionales y sus Limitaciones
El descanso se define a menudo como la cesación del trabajo para reparar fuerzas, según el Diccionario de la Lengua Española. Sin embargo, esta definición no abarca las actividades que muchas personas consideran reposantes, como pasear o desconectar mentalmente de las preocupaciones. Pablo Baz, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, sugiere que el descanso debería adaptarse al nivel basal de actividad de cada persona, reconociendo que lo que funciona para uno puede no ser efectivo para otro.
El Descanso como Necesidad Personalizada
La psicóloga Aurora Gómez resalta cómo el descanso se prescribe erróneamente como inactividad, especialmente en pacientes con depresión, donde lo beneficioso sería activarse mediante actividades que alineen con los valores personales. Esto ilustra cómo el descanso debe ser personalizado y activo, dependiendo de las necesidades emocionales y físicas del individuo.
Estudios y Encuestas sobre el Descanso
Investigaciones como el pequeño estudio en Suecia y la encuesta de Hubbub han ampliado la comprensión del descanso, mostrando que muchas personas lo asocian con la paz mental más que con la inactividad física. Estos estudios revelan que actividades como leer o estar en la naturaleza son altamente valoradas por su capacidad de proporcionar un verdadero descanso.
Redefiniendo el Descanso
Bernhofer propone que el descanso debe ser visto como una necesidad humana deliberada y reparadora, que permite recuperarse no solo del esfuerzo físico sino también del mental y emocional. Esta definición ayuda a desestigmatizar el descanso y lo presenta como una parte esencial de la salud y el bienestar general, no solo como una respuesta a la fatiga.
Este enfoque renovado en entender y definir el descanso no solo beneficia a quienes buscan recuperación de condiciones médicas, sino también a aquellos en la búsqueda de un bienestar preventivo en su vida diaria. Definir claramente qué es descansar y cómo implementarlo puede mejorar significativamente la calidad de vida y la eficacia del cuidado médico.
