El dolor es una realidad con la que todos lidiamos en algún momento de nuestras vidas, especialmente a medida que envejecemos. La actividad física entre los adultos mayores ha aumentado, lo que puede llevar a lesiones leves o dolores crónicos debido al desgaste de los músculos y articulaciones.
Cuando se trata de aliviar el dolor, hay dos métodos principales: frío y calor. Aquí te presentamos cuándo usar cada uno, según los expertos:
Cuándo usar frío:
- Lesiones agudas: Si te has lastimado recientemente, el frío es efectivo para entumecer el dolor y reducir la hinchazón. Es ideal para lesiones repentinas o agudas.
- Dolor en las articulaciones: También puede ayudar a aliviar el dolor causado por enfermedades crónicas como la artritis. Un estudio mostró que masajear con hielo durante dos semanas mejoró la fuerza muscular y el movimiento en personas con osteoartritis.
Es importante tener en cuenta que el frío no reemplaza una visita al médico y se recomienda utilizar el método R.I.C.E. (reposo, hielo, compresión y elevación) para tratar lesiones menores en el hogar.
Cuándo usar calor:
- Lesiones antiguas o crónicas: Si han pasado varios días o semanas desde que te lesionaste, el calor puede ser útil para facilitar la movilidad, disminuir el dolor y aumentar el flujo sanguíneo. Es especialmente beneficioso para lesiones musculares y articulaciones rígidas.
- Al inicio de la terapia: Los fisioterapeutas suelen utilizar calor para ayudar a las personas con dolor crónico a empezar a moverse al inicio de una sesión de terapia.
Aunque el calor es beneficioso, es importante tener cuidado con enfermedades como la dermatitis y la esclerosis múltiple, ya que puede agravar los síntomas. Además, las personas con neuropatía diabética deben tener precaución para evitar quemaduras.
En general, es importante no utilizar frío o calor durante demasiado tiempo y evitar aplicarlos sobre áreas donde pueda haber un nervio expuesto.
Consejos adicionales:
- Sé proactivo: Lleva compresas de hielo o parches de calor contigo para usarlos cuando lo necesites, incluso mientras conduces o trabajas.
- Mantente activo: El movimiento es esencial para aliviar el dolor causado por la osteoartritis. Mantente activo todos los días para fortalecer los músculos y mantener la flexibilidad en las articulaciones.
Recuerda que siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado.