El estudio publicado en la revista ‘Cell Metabolism’ permite entender mejor los procesos que controlan el peso corporal y avanzar en el abordaje de enfermedades metabólicas.
Científicos españoles han descubierto el mecanismo a través del cual las células que componen la grasa corporal producen la leptina, una de las principales hormonas que regulan la sensación de saciedad. Asimismo, han evidenciado que las personas con sobrepeso tienen este procedimiento alterado.
La investigación, que se ha publicado en la revista Cell Metabolism, abre la puerta a entender mejor los procesos que controlan el peso corporal y también a avanzar en el abordaje de enfermedades metabólicas como la obesidad.
Las personas que sufren obesidad tienen el mecanismo de saciedad alterado
La investigadora del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IIPSV) Sonia Fernández-Veledo ha explicado que cuando el cuerpo humano recibe los alimentos, los niveles de leptina en sangre aumentan, ya que esta hormona es la responsable de enviar la señal de saciedad al cerebro. “En el caso de las personas con obesidad se produce más leptina que en el caso de las que están delgadas, pero al mismo tiempo sucede el fenómeno conocido como resistencia a la leptina, que significa que el organismo no responde a esta hormona”, ha apuntado Fernández-Veledo.
Asimismo, indicó que las personas con obesidad tienen el mecanismo de saciedad alterado. «Nuestro estudio no sólo demuestra el mecanismo por el que los adipocitos producen leptina, sino también por qué la grasa de las personas con obesidad lo hace de manera excesiva», ha señalado.
El succinato, un metabolito energético que también actúa como una hormona a través de su receptor SUCNR1, desempeña un papel muy relevante en todos estos procesos. Durante muchos años, a este metabolito se le ha atribuido un papel principalmente inflamatorio, además de identificarlo como biomarcador de enfermedades como la obesidad y la diabetes. Sin embargo, en los últimos años, el Grupo de Investigación en Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (DIAMET) ha demostrado que éste es un sistema complejo, ya que los niveles de succinato también aumentan en algunas situaciones fisiológicas, como cuando ingerimos alimentos.
«Es en este contexto donde creemos que el succinato regula de forma natural las funciones de nuestro organismo que controlan que haya un equilibrio entre la ingesta y el gasto energético”, ha apuntado la investigadora. Así, el estudio demuestra que el succinato determinaría las oscilaciones de la leptina a lo largo del día: «En las personas con obesidad, este mecanismo está hiperactivado, lo que explicaría, en parte, los niveles elevados de leptina», ha asegurado.
Este avance abre la puerta a explorar terapias para estabilizar los niveles de leptina
Este avance científico representa un punto de inflexión en el tratamiento de la obesidad y abre sus puertas a estudios futuros destinados a investigar no sólo otras funciones metabólicas del succinato, sino también a explorar terapias que permitan restaurar este mecanismo, estabilizar sus niveles y recuperar su papel que regular la sensación de saciedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas en todo el mundo son obesas, datos que siguen una tendencia al alza. La obesidad –alerta a la OMS– se asocia directamente con la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y las relacionadas con la salud mental, la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares y con diversas formas de cáncer.