Hoy os dejamos con una reflexión sobre los seguros de salud y por qué están de «moda» y algunos además son tan baratos, que pegas tienen, que ventajas, que inconvenientes. En definitiva es una inversión, o al menos así lo veo yo. Porque cada vez buscamos mas autonomía y sobre todo el aquí y ahora, y eso con un seguro público es impensable en todos los ámbitos.
¿Por qué está de moda el seguro de salud?
No sé si será una percepción mía por estar cumpliendo años (creo que no aunque está claro que influye), sino porque los datos de primas lo refrendan y sobre todas las múltiples campañas publicitarias que están desarrollado un gran número de entidades: El seguro de salud está de moda.
Sin entrar en polémicas con la Seguridad Social, creo que los motivos para estar de moda son diversos, pero es evidente que cada uno de nosotros queremos mejorar nuestra calidad de vida y no dudamos en “invertir”. Igual que nos obligamos a salir a correr al menos una vez a la semana, evitar las grasas “malas”, aceites de palma, moderar el alcohol y hacer nuestra donación al gimnasio, buscamos la inmediatez en nuestra salud, el salir de dudas cuanto antes, y eso, salvo que tengas un familiar en la sanidad pública, sólo te lo puede dar el seguro privado.
Aceptando que el seguro de salud es una realidad cada vez más pujante en la sociedad, el apoyo de la digitalización es clave en este repunte, al igual que la existencia de un abanico con diferentes modalidades de categorías y precios, pero que no todos tienen la misma aceptación. Vamos a hacer un breve repaso de algunos complementos y luego hablamos del futuro digital.
El copago: de entrada, creo que no atrae nada al asegurado, por mucho que disminuya la prima. Es el equivalente a la franquicia de autos, pero no “cala” en el servicio general. Su éxito podría estar en la aplicación selectiva a determinadas especialidades poco frecuentes o la posibilidad de recibir consulta de alguno de los grandes “gurús” de la medicina.
La atención domiciliaria: en las pólizas más habituales, no existe otra opción que tu desplazamiento al centro de urgencias, y en el fondo es lo mejor, porque si estás enfermo, es donde te van a atender con mayores medios; pero esta opción, para personas impedidas o mayores, en muchos casos, puede ser interesante y querer pagarse, pero tampoco de manera genérica.
Especialidades poco frecuentes: lo normal es que estés sano y tus especialidades sean las habituales, pero si tienes algún “trastorno” diferente o temas de salud mental, eso no entra en cobertura. A mayor edad, más valor.
Cobertura dental: el dentista es caro, así que es un seguro diferente por si mismo, pero muchas entidades, te lo incorporan al paquete global, con un incremento de precio, inferior al que sería de manera individual. Suele ser de amplia aceptación, y más en el colectivo infantil y a partir de determinada edad.
Y ahora vamos al tema digital. ¿Quién no ha consultado al menos una vez alguna dolencia “de enorme gravedad” en Google? ¿y quién no lo ha hecho más de 20 veces? Podéis leer algo al respecto en uno de mis artículos anteriores:
Parece más razonable, sano, coherente, y todos los adjetivos que queramos añadir, que esa consulta, que como hemos dicho, obedece a esa inmediatez que nos gusta y exigimos, en lugar de hacerla por libre al Doctor Google, sea realizada al que “realmente” sabe, que es tu médico o pediatra, porque si los niños están por medio, nuestros nervios son todavía mayores.
Pero todo está cambiando, incluso en el sector asegurador con fama de ir siempre a la cola en cuanto a “modas”, porque en el mundo actual, no nos conformamos con el anterior papel pasivo del antiguo asegurado, ahora queremos controlar todo, y eso incluye nuestros seguros y todos los servicios alrededor, y especialmente si afecta a nuestra salud.
¿Y qué es lo primero que queremos? No tenemos ya todas nuestras fotos en una nube para poder consultarlas online, pues lo mismo para nuestro historial médico. ¿La última vez, tenía el colesterol malo por encima de 200 o no? ¿Lo solucioné con una caja de pastillas o fue con un yogur? Pues para eso tenemos el Big Data, plataforma en la que podremos consultar todo nuestro historial, evolución de analíticas, consultas…, pero el gran problema que veo, es la seguridad. Si muchas veces se tiene reparo a que alguien pueda acceder a alguna foto desafortunada de juventud, que sepan de nuestra salud, a muchas personas, les da un enorme vértigo. Supongo que habrá que dar tiempo, al igual que nadie confiaba en pagar con una tarjeta de crédito a través de internet y ahora está absolutamente extendida la práctica.
Y, si ya no somos capaces de concebir nuestra vida sin que la reserva de una mesa para cenar, un billete de avión o una entrada al cine sea a través de nuestro móvil, el hecho de tener que llamar por teléfono para concertar cita con el médico nos desquicia en una doble línea. Lo primero, porque hay que llamar y hablar, y eso cada vez nos da más pereza, pero sobre todo porque no somos los que controlamos, porque tú llamas con la intención de conseguir que el médico te vea el próximo jueves a las 19.00, y te van a ofrecer el viernes a las 12.00 o el lunes a las 16.40, y muchas veces no sabes si puedes o no, porque no puedes a la vez mirar la agenda. Tú demandas entrar a la web, sino hay app, y ver los horarios libres del médico, y eliges. Y si luego no puedes, entras de nuevo y lo cambias, no volver a llamar. Necesitamos esa autonomía.
Por todo esto, con una población cada vez más envejecida, una seguridad social que da de sí hasta donde da, el seguro de salud ha llegado para quedarse, ahora bien, ¿qué se va a vender: calidad, innovación o precio?