El cambio aborda una disparidad significativa y se espera que salve miles de vidas.
Un grupo nacional de expertos recomienda que las mujeres adelanten una década sus pruebas de detección del cáncer de mama y comiencen a hacerse mamografías periódicas a los 40 años, en lugar de a los 50, y continúen haciéndoselas cada dos años hasta los 74.
La nueva versión preliminar de las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos se basa en nuevas investigaciones que muestran que el cambio podría salvar aproximadamente 8,000 vidas al año. El cáncer de mama es el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres y afecta a más de 264,000 cada año. Es también uno de los más letales, según el Instituto Nacional del Cáncer, ya que es la causa de muerte de más de 43,000 mujeres al año.
Si bien la mayoría de los cánceres de mama se diagnostican a personas mayores de 50 años, la Dra. Toma Omofoye, radióloga, afirma que cada vez se da con más frecuencia entre las mujeres más jóvenes, aunque los investigadores no tienen claro por qué. «Por lo tanto, es importante asegurarse de que nuestras directrices coincidan con los plazos para detectar los cánceres en sus tamaños más pequeños», cuando es más probable que el tratamiento tenga éxito, explica Omofoye, profesora asociada del Departamento de Imágenes de Mama del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, en Houston.
Además, los cánceres de mama diagnosticados a las mujeres más jóvenes tienden a ser más agresivos y, por lo tanto, pueden crecer más rápido, señala la Dra. Maxine S. Jochelson, jefa del Servicio de Imágenes de Mama del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering, en la ciudad de Nueva York.
El grupo de trabajo observa que el cambio podría repercutir de manera positiva sobre todo entre las mujeres negras, que tienen un 40% más de probabilidades de morir de cáncer de mama que las mujeres blancas, y más probabilidades de que se les diagnostique antes de los 50 años. Las investigaciones ponen de manifiesto que las mujeres negras también tienen más probabilidades de padecer subtipos agresivos de cáncer de mama que las blancas.
Si bien muchos factores contribuyen a esta sorprendente disparidad, Omofoye indica que las mujeres negras a menudo sufren retrasos en la continuidad de la atención, desde el diagnóstico hasta el tratamiento. «Y creo que, puesto que sabemos que las mujeres negras sufren más retrasos de atención en general, es importante que les brindemos lo antes posible acceso a la atención médica», añade.
La vicepresidenta del grupo de trabajo, la Dra. Wanda Nicholson, afirma en un comunicado que garantizar que las mujeres negras comiencen a someterse a pruebas de detección a los 40 años es un primer paso importante, pero que es necesario hacer más por mejorar las disparidades que observamos.
«En la versión preliminar de nuestras recomendaciones, subrayamos la importancia del seguimiento equitativo tras las pruebas de detección y del tratamiento oportuno y eficaz del cáncer de mama, y pedimos con urgencia que se realicen más investigaciones sobre cómo mejorar la salud de las mujeres negras», dice Nicholson, que pertenece a la Facultad de Salud Pública del Milken Institute de la Universidad George Washington.
Simplificación de las recomendaciones
Si alguna vez has tenido dudas sobre cuándo debes acudir a hacerte la mamografía —una radiografía del seno—, no eres la única. Hasta ahora, el grupo de trabajo recomendaba que las mujeres con un riesgo promedio de cáncer de mama se hicieran una mamografía cada dos años entre los 50 y los 74 años, y que las mujeres de más de 40 años tomaran la decisión en consulta con su médico.
Mientras tanto, grupos de expertos como la Sociedad Americana contra el Cáncer y el American College of Radiology han señalado que las mujeres con un riesgo promedio de padecer cáncer de mama deberían comenzar a hacerse las pruebas de detección a partir de los 40 años.
Simplificar las directrices para que las mujeres sepan que deben hacerse la primera mamografía a los 40 años ayuda a reducir la confusión sobre cuándo deben comenzar las pruebas de detección, destaca Omofoye. No obstante, el grupo de trabajo y otros grupos profesionales siguen sin ponerse de acuerdo sobre la frecuencia con la que las mujeres deben hacerse la mamografía.
El 9 de mayo, la Sociedad Americana contra el Cáncer emitió un comunicado en el que aplaudió las recomendaciones actualizadas de comenzar las pruebas de detección a partir de los 40 años. «Sin embargo, tal vez sea necesario considerar con más detenimiento la frecuencia de las pruebas de detección entre las mujeres menores de 55 años. Los datos actuales indican que las pruebas bienales [cada dos años] en esta población se asocian con un diagnóstico de enfermedad más avanzada», indicó William Dahut, director científico de la Sociedad Americana contra el Cáncer.
Asimismo, Jochelson afirma que «cree firmemente» que las mujeres, y sobre todo las más jóvenes, deberían someterse a pruebas de detección todos los años. «Como hemos dicho antes, las mujeres más jóvenes tienen tipos de cáncer más agresivos. Y, por supuesto, no quieres dar a un cáncer dos años para que crezca cuando puedes detectarlo un año antes».
El grupo de trabajo sopesa los posibles daños y beneficios de las pruebas de detección al formular sus recomendaciones y concluyó en su versión preliminar que el mejor equilibrio consiste en realizar las pruebas de detección cada dos años. Un ejemplo de daño potencial es el riesgo de recibir un falso positivo, que puede causar ansiedad a las pacientes que tienen entonces que regresar a hacerse biopsias y pruebas adicionales.
Sin embargo, Omofoye subraya que muchas mujeres están dispuestas a correr ese riesgo si ello significa detectar el cáncer en una fase más tratable. «Creo que el riesgo de un falso positivo no equivale al riesgo de un cáncer sin detectar», añade.
Jochelson señala que la mayoría de los centros de imágenes de mama utilizan mamografías en 3D y que se ha demostrado que esta tecnología reduce las tasas de visitas adicionales para las mujeres que no tienen cáncer.
Habla con tu médico sobre los riesgos
Es importante señalar que, con las directrices actualizadas, los 40 años es la edad más tardía a la que las mujeres con riesgo promedio deben empezar a hacerse pruebas periódicas para detectar el cáncer de mama. Se recomienda a algunas mujeres, incluidas las que ya han padecido cáncer de mama o corren alto riesgo padecerlo, que comiencen a hacerse las pruebas de detección más jóvenes y se las hagan con más frecuencia.
Si no te han evaluado sobre el riesgo de cáncer de mama, habla con tu médico, urge Jochelson. Es posible que reúnas los requisitos para imágenes adicionales. Además, si resulta que tienes un alto riesgo, debes informar a otras personas de la familia de que su riesgo tal vez sea también elevado, añade.
Las recomendaciones del grupo de trabajo no incluyen directrices específicas sobre las pruebas de detección para aproximadamente la mitad de las mujeres en los Estados Unidos que tienen mamas densas.
«Sabemos que las mujeres con mamas densas corren un mayor riesgo de padecer cáncer de mama y, por desgracia, las mamografías no funcionan tan bien en su caso», afirma el Dr. John Wong, miembro del grupo de trabajo y profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Tufts. «Lo que aún no sabemos e instamos con urgencia a que se investigue más es si sería útil realizar pruebas adicionales de detección para las mujeres con mamas densas, incluso mediante ecografías, resonancias magnéticas de mama u otras pruebas», dice.
Los integrantes del grupo de trabajo también piden que se investiguen más los beneficios y los daños de las pruebas de detección en las mujeres mayores de 75 años, y aconsejan que las mujeres de este grupo de edad hablen con su médico sobre lo que más conviene hacer en su caso. La Sociedad Americana contra el Cáncer recomienda que las mujeres continúen con sus mamografías si gozan de buena salud y se espera que vivan al menos 10 años más.
La versión preliminar de las recomendaciones del grupo de trabajo, que se aplican a todas las personas a las que se les asignó sexo femenino al nacer, admite comentarios del público hasta el 5 de junio, tras lo cual se publicarán las directrices definitivas.
«Por ahora, lo más importante que deben saber las mujeres es que es esencial empezar a hacerse la prueba a los 40 años, porque podría salvarles la vida», afirma la expresidenta inmediata del grupo de trabajo, la Dra. Carol Mangione, profesora de Medicina y Salud Pública de la Universidad de California en Los Ángeles.