Un estudio revela que las mujeres, aunque reportan más felicidad, presentan peor salud mental. La brecha emocional de género aún persiste en todo el mundo.
La paradoja del bienestar femenino
Un reciente estudio publicado en Science Advances ha analizado una contradicción llamativa: las mujeres informan ser más felices, pero presentan peor salud mental que los hombres. Esta brecha de género en el bienestar plantea nuevos desafíos para comprender cómo las emociones y la percepción del bienestar se ven afectadas por el contexto cultural, social y biológico.
¿Por qué se sienten peor si dicen estar bien?
Los investigadores observaron que las mujeres reportan más ansiedad, depresión y dolor crónico que los hombres. Aun así, en muchas encuestas, declaran niveles de felicidad y satisfacción vital más altos.
Malestar emocional: una constante mundial
Según los datos del estudio, las mujeres:
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Se sienten menos seguras por la noche
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Presentan más síntomas de ansiedad e irritabilidad
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Sufren más dolor físico y emocional
Estas diferencias se mantienen en gran parte del mundo, especialmente en Europa Occidental y América Latina.
Causas del mayor malestar
Los expertos señalan múltiples factores:
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Normas sociales que promueven en las mujeres el cuidado emocional y la empatía
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Carga mental por equilibrar trabajo, familia y cuidados
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Mayor tendencia a interiorizar el estrés, lo que genera más episodios de rumia y depresión
Además, las fluctuaciones hormonales durante distintas etapas de la vida también pueden influir en un mayor “afecto negativo”, es decir, emociones como la culpa, el miedo o el disgusto.
¿Por qué dicen estar más satisfechas?
Aquí está la paradoja: a pesar de los datos negativos sobre salud emocional, las mujeres afirman sentirse más satisfechas con su vida. Esta contradicción tiene posibles explicaciones:
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Diferencias culturales y de expectativas entre hombres y mujeres
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Interpretaciones distintas de las encuestas de bienestar
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Valoración positiva de logros alcanzados, aunque los obstáculos sigan presentes
No en todos los países ocurre igual
Los datos muestran que esta paradoja solo se da en el 36% de los países, lo que representa el 32% de la población mundial. En regiones como Europa, la ex Unión Soviética y África subsahariana, las mujeres no reportan mayor satisfacción vital.
El bienestar femenino no mejora con la igualdad económica
Otra paradoja destacada por el estudio es que, a pesar de los avances en igualdad económica y educativa, el bienestar emocional de las mujeres ha empeorado.
¿Qué está fallando?
Los investigadores identifican varias causas:
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La doble carga: más participación laboral sin liberación del trabajo doméstico
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Nuevas expectativas, más frustración: mayores aspiraciones que no siempre se cumplen
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Desigual impacto del progreso: los beneficios del avance social favorecen más a los hombres
¿Qué deberían hacer las políticas públicas?
Caspar Kaiser, autor del estudio, concluye que no basta con lograr igualdad económica. Es necesario poner el foco en la salud mental y el bienestar emocional de las mujeres, adaptando las soluciones a cada cultura.
“Las políticas deben considerar que el bienestar no se vive igual en todas partes ni de la misma forma entre hombres y mujeres”, sostiene Kaiser.
Más preguntas que respuestas
El estudio plantea la necesidad de investigar más a fondo:
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¿Las mujeres utilizan referencias distintas para valorar su bienestar?
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¿Existen sesgos en las encuestas de bienestar?
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¿Qué papel juegan las normas de género en distintas culturas?
Una realidad con muchas capas
Judit Vall, economista en la Universidad de Barcelona, señala que esta caída en el bienestar femenino no sorprende. Destaca que las mujeres siguen cargando con el cuidado familiar, lo que conlleva una mayor presión emocional y laboral, especialmente tras tener hijos.
“Las mujeres tienen aspiraciones laborales, pero siguen siendo las principales responsables del hogar. Esa doble presión las agota emocionalmente”, explica Vall.
