Más allá de los mitos culturales, esta fobia o temor irracional a envejecer se conoce técnicamente como gerascofobia o gerontofobia y puede suponer un gran problema ya que afecta de forma muy intensa a la calidad de vida de las personas que la padecen provocando, incluso, cuadros de ansiedad.
Quien tiene gerascofobia no solo sufre enormemente con los cambios de su aspecto físico que se suceden con el paso de los años sino también con otras consecuencias que la vejez puede traer consigo como la pérdida de movilidad, la posibilidad de ser llevado a una residencia, el empeoramiento de la salud o tener que depender de los demás.
Gothel, la madrastra de Rapunzel, es un claro ejemplo de persona con miedo a envejecer.
Síntomas:
- Ocultar la verdad edad
- Uso de ropa excesivamente juvenil o discordante con su edad.
- Obsesión por los retoques estéticos, los tratamientos antiedad, los tintes y prótesis capilares, las cremas antiarrugas, el maquillaje…
- Actitudes o comportamientos impropios de su edad.
- Tener pensamientos recurrentes negativos sobre el futuro y el hecho de envejecer que provocan ansiedad.
- Inseguridad ante la falta de control sobre el propio cuerpo que antes se percibía atractivo.
- Impotencia por no poder parar el proceso natural de envejecimiento.
- Problemas para asumir las comparaciones con otras personas más jóvenes que desemboca en envidias.
- Miedo excesivo a la fragilidad, el empeoramiento de la salud, la dependencia de otras personas, la soledad y a no sentirse útil.
¿Qué la origina?
Una sociedad como la actual en la que industrias como las de la moda, la estética o el entrenamiento, y sectores como la publicidad y los medios de comunicación idealizan y asocian la juventud con estereotipos positivos en contraposición a loas estereotipos negativos que relacionan con la madurez y la vejez tiene mucho que ver con la proliferación de esta fobia.
Fuente: https://www.20minutos.es/